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Educación inclusiva en Colombia más allá de la accesibilidad física
Shailyn Sofia Peralta Correa
Carrera Licenciatura en bilingüismo con énfasis en inglés, Fundación Universitaria
Colombo Internacional (Unicolombo)
Desarrollo Humano
Amalfi De La Cruz Herrera Valdez
13/05/2025
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Para que las instituciones puedan ser verdaderamente inclusivas más allá, de la
accesibilidad física no solo debe tener un enfoque en la infraestructura física, sino
también en las condiciones sociales, interculturales, personales, sus prácticas
pedagógicas y sus políticas institucionales.
Ajustes curriculares
Lo primero que se debe tener en cuenta es que, en Colombia, aunque el sistema
tiene el reto de garantizar la permanencia de los estudiantes e las IE esto no se a
podido lograr gracias a que las adaptaciones curriculares no son claras, no se usan
los métodos pedagógicos adecuados y no hay una educación personalizada para
cada uno de ellos, no hay herramientas prácticas en la inclusión dentro del aula,
llevando a la disertación de los estudiantes.
Las estadísticas muestran que, aunque la tasa de deserción escolar bajó un 2,85%
entre 2002 y 2009 a nivel nacional, en zonas rurales esta taza duplica el nivel
nacional y aunque las causas son distintas según la región, factores como la falta de
atención a estudiantes con necesidades especiales y las condiciones precarias en las
escuelas dificultan la permanencia escolar (MEN, 2011, como se citó en Beltrán
Villamizar et al., 2015).
Formar a los docentes en inclusión
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Es muy importante reconocer la importancia del conocimiento de las actitudes de
los docentes hacia la diversidad. Según Valdivieso et al. (2021), “es necesario
generar una oferta de concientización y capacitación a docentes, en mayor medida
en temas que permitan fortalecer su trabajo respecto a la aceptación de las
condiciones culturales de los estudiantes” En ese sentido es importante sensibilizar a
los docentes en formación y los ejercientes la importancia de replantear y formar
desde las universidades competencias para poder comprender la diversidad de cada
estudiante y como manejarla, así como el aprendizaje de nuevas herramientas y
actualización de los precedentes para la inclusión en el aula, ya que el mayor factor
que no permite el avance de este mismo es el desconocimiento de los docentes para
afrontar la diversidad de cada estudiante.
Transformar la gestión institucional
Aunque en Colombia la educación inclusiva esta respaldada por políticas educativas
como lo son la Ley General de Educación (Ley 115 de 1994), la Ley de Educación
Superior (Ley 30 de 1992) Decreto 366 de 2009, Decreto 1421 de 2017 y los
lineamientos del Ministerio de Educación Nacional (MEN), aun así, podemos
encontrarnos con la barrera de que muchas de estas políticas, aunque están en
ejecución su puesta en práctica enfrenta limitaciones. Según Beltrán et al. (2015):
Al igual que con otras políticas sociales, el Estado colombiano necesita
establecer un sistema riguroso de evaluación y seguimiento, que dé cuenta
del avance real de las políticas y los planes diseñados: a la fecha no se ha
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puesto en marcha una metodología que permita monitorizar los avances y las
necesidades en torno a la inclusión. (p. 77)
Esto indica que debemos ejecutar las políticas planteadas de forma correcta,
constante y bajo seguimiento si queremos una verdadera concientización para la
valoración de las diferencias, y atacar las estigmatizaciones puesto todas las
personas en cualquier ámbito social tienen derecho a una educación de calidad y
oportunidades de trabajo sin importar su condición económica, cognitiva, étnica,
género o racial.
Aunque Colombia ha avanzado en la identificación de una educación más inclusiva,
de la mano del Ministerio de Educación Nacional (MEN), y con el apoyo de
organismos internacionales como el El UNESCO y la inspección de la legislación
nacional identificando puntos considerablemente significativos para mejorar la
conversión de entidades educativas en Colombia, el reto de la educación inclusiva
aun esta lejos de obtenerse.
Aunque las instituciones avanzan hacia una inclusión que va más allá de la
accesibilidad física, es importante destacar que las infraestructuras físicas siguen
siendo fundamentales. Por ello, una educación inclusiva debe integrar tanto el
entorno físico como las condiciones sociales, interculturales, personales, las
prácticas pedagógicas y las políticas institucionales.
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Referencias
Beltrán-Villamizar, Y. I., Martínez-Fuentes, Y. L. y Vargas-Beltrán, A. S. (2015). El
sistema educativo colombiano en el camino hacia la inclusión. Avances y retos.
Educ. Educ. Vol. 18, No. 1, 62-75.
Delgado Valdivieso, K., Vivas Paspuel, D. A., Sanchez Ruiz, J., & Carrión Berrú,
C. B. (2021). Educación inclusiva en la educación superior: Propuesta de un
modelo de atención en Ecuador. Revista de Ciencias Sociales (Ve), 27(Esp.3).
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=28068276002