LA APLICACIÓN PRÁCTICA DE LOS MODELOS METODOLÓGICOS DE MASC Maestro en Derecho Víctor César López Rosales De acuerdo con la RAE un modelo es un arquetipo o punto de referencia para imitarlo o reproducirlo. Por otro lado, la palabra "metodología" viene del griego y está formada de methodos (método) y logia (ciencia o estudio de), entonces metodología significa ciencia que estudia métodos. Methodos está formada de meta (afuera o más allá) y hodos (camino o viaje). Así que método significa "fuera del camino" o "más allá del viaje". Es decir, no el camino o la destinación en sí, pero el plan y la manera de viajar. Claro que ahora método no sólo expresa la manera de viajar, sino que también incluye la manera de hacer cualquier cosa. En ese tenor, podemos advertir que los modelos ofrecen un referente teórico, que guía la práctica profesional dado que establecen un proceso metodológico, así como el uso de técnicas y herramientas en la consecución de objetivos determinados, los aspectos teóricos ofrecen la posibilidad de codificar e investigar sobre los resultados y beneficios de los diferentes componentes de cada modelo para enriquecer a los mismos en la consecución de sus metas y así descartar prácticas inadecuadas. Actualmente, sería más adecuado hablar de tres modelos de mediación, por lo que, a efecto de realizar un análisis de cada uno, en primer lugar, será menester de esta investigación enunciar las diferentes corrientes que han surgido al paso del tiempo, asimismo, definir los objetivos, las herramientas y los resultados que las distinguen y lo que cada una puede aportar durante el desarrollo de los MASC. Si bien es cierto que son múltiples los enfoques, también es cierto que solo tres modelos han tenido mayor repercusión en la concepción actual de la mediación, tales como: el orientado hacia el contenido del problema (modelo de Harvard); el orientado hacia el proceso (modelo Transformativo) y el orientado hacia el contenido y el proceso (modelo Circular-Narrativa). 1. MODELO DE HARVARD O DE NEGOCIACIÓN BASADA EN PRINCIPIOS. Existen diferentes tipos de negociaciones según la estrategia empleada, frente al dilema de llevar adelante una negociación "suave" o "dura", donde la primera persigue una solución amistosa, evitando el conflicto y realizando concesiones, y la segunda resulta un duelo de voluntades basado en posiciones extremas y opuestas por parte de los sujetos involucrados y con frecuencia, 1 dañando la relación entre ellos, así es que surge una nueva propuesta, se trata de un proyecto desarrollado en los años 70´s en la Universidad de Harvard, conocido como "método según principios", "con base a méritos" o "método Harvard". Por lo general, una negociación se clasifica en dos tipos de estilos: la negociación distributiva o por posición donde la estrategia es “yo gano-tú pierdes”, y la negociación integrativa o también denominada colaborativa “yo gano-tú ganas”. La negociación distributiva o posicional, se opone a la negociación integrativa o colaborativa, en la primera como su nombre lo indica se trabaja con las posiciones, es decir, ¿Qué quieren las partes en el proceso de negociación?, en la negociación integrativa, también conocida como colaborativa, o negociación “ganar-ganar”, es un tipo de negociación en donde las partes cooperan para lograr un resultado satisfactorio para los participantes. Plantea la búsqueda de ventajas mutuas y el arribo a un resultado que se fundamente en un criterio objetivo, por ende, un acuerdo justo. Dista de la negociación tradicionalmente competitiva o a la que los autores llaman "dura", debido a que no aplican trucos ni engaños, siendo duro con el problema y argumentos, pero suave con las personas. (Rodríguez, 2019) Fisher y Ury evidencian que el mecanismo que proponen no descansa en una negociación de estilo "suave", donde la amabilidad y la amistad priman por sobre el cumplimiento de los intereses de los negociadores. Evitar el enfrentamiento no soluciona el conflicto da origen a la negociación. Si bien el estilo suave puede producir un acuerdo eficiente en cuanto al arribo de un resultado rápido, por la buena predisposición de los sujetos a ceder, se corre el riesgo que no sea equilibrado para las partes. El método según principios o en base a méritos (método Harvard) no se presenta como suave o duro, sino como aquel que produce "resultados prudentes en forma eficiente y amistosa". Este modelo se apoya en cuatro puntos básicos que se explican a continuación: 1. Las personas: Separar a las personas del problema. 2. Los intereses: Concentrarse en los intereses, no en las posiciones. 3. Las opciones: Generar una variedad de posibilidades. 4. Los criterios: Resultados con base en criterios objetivos. 2 1.1. LAS PERSONAS: SEPARAR A LAS PERSONAS DEL PROBLEMA. Los seres humanos, no solo tienen emociones sino también valores, opiniones, una idiosincrasia definida y un punto procedencia. En el contexto de una negociación, lo sentimientos suelen entrelazarse con el problema que origina el proceso, olvidando con facilidad que la discusión no se lleva a cabo con entes abstractos sino con personas. El método basado en principios invita a que las partes involucradas en la negociación generen durante el proceso el compromiso psicológico de lograr un acuerdo mutuamente satisfactorio. Aspectos como la confianza, el respeto mutuo, la comprensión, la empatía y la escucha activa, son algunos de los elementos que facilitan el desarrollo de la negociación y su eficiencia. Por consiguiente, la comunicación resulta un elemento primordial, ya que sin ella no hay negociación. En muchas ocasiones, las partes se encuentran más concentradas en pensar qué responder o cómo seguir la disputa, que en escuchar los fundamentos y planteos de la otra parte. Lamentablemente, sin una escucha atenta y activa, no se desarrolla una comunicación efectiva, por ende, no se logra una buena negociación. Por lo que, resulta de suma importancia emplear la comunicación de forma clara, repitiendo (en una forma positiva) a través de la técnica de parafraseo lo que se comprendió del discurso del otro, siendo claro con las propias ideas y propuestas enunciadas. Hablar con un propósito concreto es lo más saludable para lograr buenos resultados al cierre del proceso de la negociación. 1.2. LOS INTERESES: CONCENTRARSE EN LOS INTERESES, NO EN LAS POSICIONES. Otro punto fundamental dentro del método Harvard es conciliar intereses, no posiciones. La tendencia habitual es pensar que cuando las posiciones que toman los negociadores son opuestas, sus intereses también lo son. Sin embargo, un interés puede dar lugar a varias posiciones, por ende, posiciones enfrentadas pueden compartir intereses. Otros intereses pueden ser diferentes, pero compatibles para satisfacer dentro de un mismo trato. Asimismo, los intereses divergentes pueden ser susceptibles a conciliarse. Fisher y Ury explican que una posición es concisa y concreta, mientras que un interés es algo subyacente y en general, implícito e intangible, incluso inconsciente. Una técnica que sugieren para develarlos es realizar la pregunta: ¿por qué? O, en su defecto: ¿por qué no? 3 Se debe tener presente que cada parte tiene intereses múltiples. Dentro de ese conjunto, se debe conocer cuáles son compartidos y cuales independientes. Los intereses más poderosos, son las necesidades humanas básicas, estas son: seguridad, bienestar económico, sentido de pertenencia, reconocimientos y control sobre la vida propia, no solo se trata de comunicarlos, sino también de esforzarse para que la otra parte los comprenda, otorgándole la debida importancia y legitimidad a sus intereses. Resulta fundamental manifestar primero sus intereses, brindado la debida explicación y razonamiento, para posteriormente hablar respecto a sus propuestas o alternativas de solución. Otras sugerencias del método en este punto es mirar a futuro, ser concreto pero flexible, estando abierto a nuevas ideas y teniendo en claro el rumbo. 1.3. LAS OPCIONES: GENERAR UNA VARIEDAD DE POSIBILIDADES Las opciones para proponer deben perseguir, en el marco del método Harvard, el mutuo beneficio. El problema es compartido entre las partes, y ninguna forma de "repartir el pastel" provoca satisfacción entre las partes. En cambio, una alternativa de solución creativa puede marcar la diferencia entre la insatisfacción y el acuerdo mutuamente favorable. Entonces, la capacidad de buscar y encontrar soluciones ventajosas para todos los agentes involucrados en la negociación "aumenta el tamaño del pastel" y se la considera una de las más valiosas para negociar bajo este modelo. Sin embargo, pese al beneficio de generar múltiples opciones en un proceso de resolución de conflictos, normalmente las personas no lo visualizan. En consecuencia, existen ciertas trabas a la creatividad o invención de alternativas. Algunas de ellas son: 1. Juicios prematuros (los juicios inhiben la imaginación). 2. La búsqueda de una sola respuesta. 3. El supuesto del pastel de tamaño fijo. 4. La creencia que "la solución del problema de ellos, es de ellos". Independientemente del interés común de evitar pérdidas conjuntas, casi siempre existe la posibilidad de ganancias conjuntas, esto es posible (satisfacción de intereses de ambas partes) a partir de una solución creativa, no obstante, sostienen que las diferencias también conducen a soluciones ventajosas para las personas involucradas en el proceso. 1.4. LOS CRITERIOS: RESULTADOS CON BASE EN CRITERIOS OBJETIVOS 4 Fisher y Ury manifiestan la necesidad que los criterios de selección de alternativas para solucionar un conflicto sean objetivos, conciliar las diferencias con base a la voluntad de los sujetos puede presentar grandes costos, en consecuencia, definen que la solución es negociar con una base totalmente independiente de la voluntad de los negociadores, lo indicado es el compromiso por la búsqueda de un acuerdo a partir de principios, no presiones. Por consiguiente, la negociación basada en principios permite concluir acuerdos prudentes, de manera amistosa y eficientes. Estos son algunos de los criterios aconsejados: 1. Equidad; 2. Eficiencia; 3. Respaldo o juicio científico; 4. Prácticas usuales de la comunidad (usos y costumbres, tradición); 5. Criterios morales; 6. Criterios profesionales; 7. Decisiones judiciales (o de un tribunal). Se debe garantizar que, cualquiera sea el criterio objetivo escogido, el mismo sea independiente de la voluntad de las partes y aplicables a todos ellos. Por lo tanto, durante la negociación nunca se debe ceder ante la presión de la contraparte, solo ante los principios. Actuar con firmeza, pero también con flexibilidad suficiente, concentrado en los criterios objetivos, afirmarse en criterios objetivos no significa que deba insistir e imponer los propios. Por un lado, deben consensuarse, y para esto se precisa dejar de manifiesto las razones propias y escuchar la de los otros. Así como no se recomienda el uso de la voluntad para solucionar el conflicto, tampoco se sugiere elegir el criterio en base a la voluntad propia. Por otro lado, la legitimidad de un criterio determinado no invalida o bloquea la existencia y utilidad de otros. Incluso, se debe tener en cuenta que las partes pueden estar de acuerdo con el empleo de los criterios (legitimidad) y que estos produzcan resultados o acuerdos diferentes, se observa que los negociadores que emplean criterios objetivos utilizan de forma más eficiente el recurso tiempo y arriban a mejores soluciones ante los problemas que originaron la negociación en la que intervienen. Esta práctica requiere identificar los criterios y saber cómo aplicarlos. (Manzanal, 2022) 5 2. MODELO TRANSFORMATIVO Este modelo surge a principios de los años 90 en Estados Unidos, sus principales exponentes son Robert Baruch Bush y Joseph Folger quienes lo materializan principalmente con la publicación de la obra "La Promesa de la Mediación" (1994). Al hablar de los elementos del enfoque transformativo de la mediación, se advierte que la teoría "transformativa", en el conflicto como fenómeno social no se trata solo o exclusivamente de derechos, intereses o poder. Aunque implique todas estas cosas, el conflicto se refiere también, y quizás con mayor importancia, a la interacción de las personas con otras como seres humanos, pues, si bien en casi toda negociación se pone de relieve la disputa sobre derechos, intereses o poder, en los conflictos de familia, que suponen la intención de conservar las relaciones, lo que determina en mucho este tipo de conflicto es exactamente la interacción. Por consiguiente, si quienes interactúan en el conflicto son extraños, probablemente no habrá interés en conservar una relación posterior, pero es diferente cuando quienes chocan entre sí están ligados por vínculos de familia, amistad o negocios que, aún en el peor de los escenarios que les brinde el conflicto, conservan la expectativa de mantener algún nivel de relación. La sustancia de la mediación transformativa se encuentra, en los pilares de revalorización y reconocimiento que son los factores que encontramos en toda su metodología, para el enfoque transformador, la revalorización y el reconocimiento son los elementos que más relevancia tienen en la mediación. Para este modelo, la revalorización se alcanza cuando las partes experimentan una conciencia más sólida de su valía propia y de su capacidad de resolver los conflictos que afronta con el otro. El reconocimiento, por su lado, se alcanza cuando las partes conflictuadas son capaces de reconocerse mutuamente y de presentarse especialmente sensibles a las condiciones y cualidades humanas del otro. La revalorización tiene que ver con el compromiso en el conflicto, este compromiso afecta de manera semejante a todos, es típico que las partes en disputa estén conmovidas, confundidas, temerosas, desorganizadas e inseguras acerca de lo que deben hacer. En consecuencia, se sienten vulnerables y excedidas por la situación, las partes se ven fortalecidas en la mediación cuando superan esta debilidad relativa, recuperan la calma y la claridad, adquieren confianza, capacidad organizativa y poder de decisión, por lo que, obtienen o recobran cierto sentido de su fuerza como para asumir el control de la circunstancia. 6 La revalorización puede mirarse desde diferentes perspectivas en el ámbito del proceso de mediación: 1. Establece por referencia a las metas cuando cada parte alcanza una comprensión más clara respecto de su situación anterior, 2. La revalorización de las alternativas se entiende cuando la parte cobra conciencia de la gama de alternativas con que cuenta para lograr total o parcialmente la obtención de sus metas y tiene el control sobre tales alternativas; además comprende que cuenta con opción para continuar o abandonar la mesa de negociación. 3. La revalorización de las habilidades se da cuando acrecienta o aumenta su propio potencial y capacidades para la resolución de conflictos como, por ejemplo, aprende el mejor modo de escuchar, comunicar, organizar y analizar cuestiones. 4. La revalorización de los recursos es cuando cada parte asume la conciencia de los recursos que posee para alcanzar sus objetivos y sus metas, además de la comprensión de que, si bien se tiene una determinada fortaleza y capacidad para la comunicación y la argumentación, esta se potencia si efectivamente se entrega a efectos del entendimiento con el otro. 5. La revalorización con respecto a la decisión de las partes opera cuando una parte refleja, delibera y adopta decisiones conscientes por sí misma acerca de lo que quiere hacer e incluso de lo que hará en las discusiones de la mediación. Este enfoque también se muestra también en la posibilidad de acordar, el modo de hacerlo o de los siguientes pasos que dará. Bush y Folger aclaran enfáticamente que el sentido de la revalorización debe entenderse independiente de cualquier resultado particular de la mediación. Si una parte ha aprovechado la oportunidad para recomponerse, examinar las alternativas, reflexionar y decidir acerca de cierto curso de acción, ha habido revalorización al margen del resultado. Tanto si el resultado es un arreglo que a juicio del mediador es “justo y óptimo", injusto, o incluso estúpido, como cuando la decisión es la de abstenerse de cualquier arreglo, se ha alcanzado el objetivo de la revalorización, la parte ha fortalecido su yo, a partir del proceso de autoconciencia y 7 autodeterminación logrados en los encuentros de mediación, por lo que para este modelo la celebración de un convenio entre las partes queda en un segundo término. En este orden de ideas, la revalorización, en el contexto de la mediación transformadora, no solo considera los efectos resultantes del encuentro o sesión de mediación, sino a los que exceden sus límites, en cuanto al reconocimiento, Robert Bush y Joseph Folger sostienen que, en el campo de la confrontación, es típico que cada parte en disputa se sienta amenazada, atacada y agredida por la conducta y las pretensiones de la otra. En consecuencia, concentra la atención en la autoprotección: adopta actitudes defensivas, suspicaces y hostiles frente al "contrincante", y es casi incapaz de ver más allá de sus propias necesidades. Desde este punto inicial de relativa concentración en el yo, las partes llegan al reconocimiento cuando eligen voluntariamente abrirse más, mostrarse más atentas y empáticas, y más sensibles a la situación del otro. Asimismo, agregan dichos autores, puede definirse en concreto este objetivo, señalando la clase de cosas que muestran que aquél fue alcanzado, algunos hechos específicos que constituyen el reconocimiento en el ámbito del proceso de mediación son: 1. La consideración del reconocimiento. Cuando una parte comprende que, más allá de poseer la fuerza necesaria para resolver su propia situación, posee la capacidad de reflexionar, considerar y reconocer en cierto modo la situación de la otra, no sólo como estrategia para facilitar la propia, sino por un impulso de sincero aprecio a la dificultad humana en que se encuentra el otro; 2. El deseo de otorgar reconocimiento: cuando una de las partes asume que, más allá de poseer la capacidad para considerar y comprender la situación del otro, alienta el deseo real de hacerlo; además, advierte que desea concentrar su atención en lo que el otro está experimentando y encontrar un modo de reconocer esa experiencia a través de su comportamiento; 3. El otorgamiento de reconocimiento en el pensamiento: cuando una parte en efecto se permite ver a la otra parte, y su comportamiento, bajo una luz diferente y más favorable que antes; cuando se dedica conscientemente a reinterpretar la conducta y el comportamiento anteriores del otro y trata de verlos de un modo nuevo y más condescendiente. En momentos así, redondean Bush y Folger, "la situación se aclara" o "la luz se enciende”, pues uno de ellos comprende que no necesita ver al 8 otro con tanta dureza y de manera tan negativa como estuvo haciéndolo antes y así se desplaza conscientemente a una visión nueva y más compasiva; 4. El otorgamiento del reconocimiento verbal: cuando una parte admite francamente que cambió su interpretación del otro y decide comunicárselo; admite ante el mediador, aunque sea privadamente, cómo ahora ve de distinto modo lo que sucedió y reconoce que ese episodio proyecta una luz distinta y más favorable sobre la otra parte; lo dice al mediador en presencia del otro, o directamente a la otra parte; agrega al enunciado de su nueva comprensión cierto tipo de disculpa; se excusa por haber "pensado antes lo peor” acerca del otro, o por su propio comportamiento con sesgo de "represalia", que se basó en su áspera interpretación del comportamiento del otro y, 5. El otorgamiento en el reconocimiento en actos procede cuando una parte decide, a la luz de su comprensión diferente de la conducta anterior del otro y su situación, promover cierta adaptación concreta por referencia al modo en que se afrontan las cuestiones en disputa. Si un primer ofrecimiento de adaptación no es suficiente, decide obtener una solución satisfactoria para ambos, para promover una adaptación ulterior. En conclusión, Bush y Folger establecen un movimiento de ida y vuelta, continuo y necesario entre estos dos pilares de la mediación transformadora en el sentido de que el reconocimiento debe basarse en la revalorización. Esto quiere decir que una parte debe sentirse en plena libertad de tomar las decisiones que conduzcan al reconocimiento del otro hasta alcanzar el punto en que las decidan de forma consciente el reconocimiento mutuo y que este sea sincero o significativo, finalmente, la revalorización, en el contexto de la mediación transformadora, no solo considera los efectos resultantes del encuentro o sesión de mediación, sino a los que exceden sus límites. (Miguel Angel Montoya-Sanchez, 2020) 3. MODELO CIRCULAR-NARRATIVO El modelo circular-narrativo se fundamenta en los siguientes componentes teóricos: en primer lugar, la psicología del yo, y en particular en la formulación de Erikson y White, la cual se refiere principalmente a la teoría del desarrollo psicosocial y a la terapia narrativa. El mediador se propone reforzar y facilitar el aprendizaje de las funciones del yo a través de liberar, estimular, 9 orientar la motivación de la persona para cambiar, buscando junto con la persona reducir sus temores y su ansiedad, para ello apoya y estimula su esperanza de mejora, disminuyendo la tendencia a recurrir a mecanismos de defensa inoperantes, aumentando con ello la zona del yo liberada de conflicto, permitiéndole implicarse en la tarea de resolución de las dificultades presentes. Liberar las capacidades afectivas, cognitivas y activas que permiten a la persona resolver la dificultad. Encontrar los recursos necesarios para la solución del problema planteado y hacer accesible los obstáculos, en segundo lugar, en la Pragmática de la Comunicación Humana, en la teoría general de sistemas y en conceptos cibernéticos, la persona se encuentra inserta en un “sistema”, siendo los miembros de ese sistema interdependientes, han sido las contribuciones científicas de diversos autores las que ayudan en la comprensión de los procesos de comunicación en la familia, el ciclo de vida familiar: roles y reglas, los procesos de cambio, etc. en tercer lugar, en la causalidad circularidad de las pautas de interacción familiar, en el modelo clásico de la ciencia pura, se considera que la causalidad es lineal, en cualquier situación dada, se nos enseña a entender la “causa” de un “efecto” alterando las variables una por una hasta que se aísla el factor que produce el hecho particular, sin embargo, si se trabaja a partir de la premisa de que los aspectos significativos de un sistema sólo pueden comprenderse examinando el sistema como una “totalidad”, se hace necesario considerar la etiología, es decir el estudio sobre la causa de las cosas desde un punto de vista diferente, tal y como se plantea en la teoría general de sistemas, en un círculo no hay comienzo ni fin, en el mundo no es posible encontrar el claro y lineal ordenamiento de causa y efecto, a menos que se lo imponga artificialmente la teoría general de sistemas considera que la causalidad es un proceso circular, en la causalidad lineal, la línea etiológica se desplaza del pasado hacia el presente, y de este hecho proviene la necesidad de retroceder hasta el comienzo de la sucesión de los hechos para poder comprenderlos. Cuando se utiliza el concepto de causalidad circular, se enfatiza el “aquí y ahora”, porque es en el “aquí y ahora” cuando se puede apreciar la conexión entre los elementos. Como una espiral donde en el presente vuelve a actuar el pasado de modo tal que el significado debe buscarse dentro de los límites de los procesos actuales del sistema. Y por último, en cuarto lugar, la construcción de historias que contienen argumentos organizados en secuencias temporales y/o lógicas, que funcionan a veces como simples o puras descripciones o como interpretaciones de 10 hechos y/o comportamientos, que ocurren en determinados escenarios o contextos, con personajes que cumplen roles, siendo estos roles “la razón” de determinados comportamientos, que a su vez sirven impulsivamente para “consolidar el rol” que se desempeña basado en valores, estas historias construidas son más o menos estables, cuanto más estables son, más encarcelados quedan las personas, la forma de construirlas es la que, aun sin desearlo, “daña” a las personas en las disputas para resolver los diferentes conflictos en los que están involucradas. La principal representante de este modelo es la Doctora en comunicación por la Universidad de Massachussets Sara Cobb, quien ha contribuido de forma importante: al estudio del discurso en el proceso narrativo con relación a la mediación en la gestión de conflictos y los derechos humanos desde sus contribuciones a la violencia de género. Es el referente teórico del modelo circular-narrativo, autora de numerosos artículos en revistas especializadas, defiende que en la mediación no se puede pensar en control y mucho menos cuando se trata de la vida de los demás, en este sentido, señala el primer contacto en mediación debe ser un proceso que permita a la persona aprender a percibir, a reflexionar y a actuar con relación a su problema, fortaleciéndola y dándole seguridad, este ejercicio aporta un apoyo desconocido hasta ese momento. Cobb, a diferencia de otros autores, valora la construcción de las narrativas que cada parte ha realizado en relación con tres criterios: 1. La coherencia narrativa, entendida como “la unidad presentada de las relaciones establecidas entre las partes”, entre los elementos que componen esta coherencia, encontramos: a) Las tramas (secuencias de hechos “encajados” con una lógica causal “lineal”). b) Los roles de cada uno de los personajes (agresores y victimas) c) Los temas, valores (motivo de conflicto) d) La conexión con “historias /narraciones anteriores que se mantienen latentes por no haber sido resueltas. 2. El cierre narrativo, formado por dos factores: plenitud de la narrativa y resonancia cultural, la persona que durante años ha construido una historia donde su papel ha sido de no-protagonismo responsabilizando al contexto y a otras personas de lo que a ella le sucede construirá una nueva “historia” de protagonismo dependiendo del cierre realizado. 11 3. La interdependencia narrativa, funciona como “teoría de la responsabilidad”, donde se vislumbra un desenlace negativo con las acciones de un “responsable”, estas teorías proporcionan la justificación racional de la “narrativa construida”. Las parejas en proceso de separación suelen responsabilizar al “otro” o a “otros” como responsables del desenlace negativo, lo que lleva a la construcción del “yo victima” y la construcción del otro como “agresor” o victimario, determinando de esta forma las relaciones entre ellos de una interdependencia “cargada de mutua culpa”, y generando relaciones en constante confrontación, donde ambos se deslegitiman y quedan deslegitimizados, lo que lleva implícito relaciones establecidas en escaladas de conflicto. En este sentido, Sara Cobb establece el siguiente proceso de mediación: 1. Recepción de las partes. 2. Sesiones de intervención con objetivos predeterminados en cada una de ellas: 3. Sesión conjunta: − Establecimiento de las reglas de juego − Identificación del problema (según el modelo de Harvard o de Cobb) 4. Sesiones privadas: − Desarrollo de los intereses y las necesidades − Brainstorm o lluvia de ideas 5. Caucus: − Evaluación del panorama 6. Sesión conjunta: − Invención / Revisión de las Opciones − Construcción del acuerdo 7. Implementación y control del acuerdo 8. Evaluación Mantiene la importancia de tener sesiones privadas con ambas partes desde la neutralidad, por considerar que es la forma más adecuada de comprender mejor a cada uno y de buscar los 12 intereses comunes, es importante que cada parte pueda relatar el problema, tal como lo ve, donde cada parte debe contar su versión de la situación de forma privada, es decir, sin la presencia de la otra parte, se quiere evitar “la colonización de las narrativas” cuando las partes llegan a mediación se encuentran en un contexto adversarial, que implica que sus narrativas serán relatos de acusación, reproche, negación etc. y que pueden determinar el proceso de mediación. La historia que es contada en primer lugar es denominada “narrativa primaria”, porque debido a las características del contexto de mediación, cuando la segunda parte comienza a contar su versión, transforma la suya en argumentos de justificación, defensa y nueva acusación, con lo cual no produce una nueva historia, sino que se transforma en un “subguión” de la narrativa primaria. Este subguión, es denominado “narrativa secundaria”, la historia contada en segundo lugar queda “colonizada” por la narrativa primaria, siendo altamente probable que el mediador también sea colonizado por estos relatos y se inhiba de esta forma la generación de nuevas alternativas. El mediador debe escuchar atentamente para tener una clara comprensión de cómo se construyó esta perspectiva del problema, cómo cada parte distingue, describe y puntúa los hechos, debe trabajar hasta obtener una definición clara del problema que incluya el reconocimiento propio de cada parte sobre sí misma y de cada parte sobre la otra, teniendo en mente el objetivo de “abrir” las historias, que significa la posibilidad de modificar el sentido de los hechos, deberá atender especialmente a “las palabras claves” estas palabras son aquellas que tienen alguna significación especial para él que narra la historia, ya sea por la repetición de las mismas o por el contenido emocional puesto en ellas, las cuales pueden transformarse en la puerta que nos permita cambiar las narrativas. A continuación, se enlistan algunas de las técnicas propuestas para el desarrollo de las mediaciones utilizando este modelo: 1. Escucha activa. Las preguntas de escucha activa se basan en la actitud empática, aceptación incondicional y congruencia, las personas necesitan ser escuchadas, y nada como la escucha para producir una nueva realidad personal, entre las técnicas más utilizadas de escucha activa tenemos: − La técnica del reflejo del sentimiento. Es la más importante, y, como su nombre indica, consiste en reflejar verbalmente como en un espejo los sentimientos expresados por las 13 partes. Hay distintas modalidades de reflejo, el más eficaz es aquel que responde al sentimiento transmitido por las palabras de la persona, poniendo de relieve aspectos de su campo fenoménico que se hallan en el trasfondo de sus expresiones. Requiere mucha habilidad para comunicar en el momento preciso, y sin la más leve distorsión, aquellos sentimientos medulares que van al núcleo del conflicto. La devolución de los sentimientos recogidos en mediación es aconsejable realizarla una vez creado un adecuado clima empático entre las partes. − La técnica del reflejo de contenido. (total, parcial, o palabras clave) Recoge el contenido de los hechos, al que no tiene experiencia le puede parecer inútil o inadecuado, repetir lo que la persona nos transmite, pero, analizándolo bien, la respuesta empática es el resultado de un proceso activo que requiere una gran atención, supone concentrarse intensamente en la persona, en lo que dice, poniéndose en su lugar para ver las cosas desde su punto de vista. − Clarificación, explicitar, aclarar el mensaje que la persona envía, ayudándole a seleccionar o eliminar opciones. − Resumen, para cerrar entrevistas dejando una síntesis de los contenidos, sentimientos y tareas propuestas, así como para introducir el tema tangencial de la intervención. − Confrontación, permitir la exploración de alternativas, no abandonando el mediador el hilo conductor de la escucha activa. − Paráfrasis, en esta técnica se refleja lo que la persona “hace con su vida”, la escucha se realiza sobre la conducta global de la persona. − Parafraseo, expresiones que vienen a confirmar a la persona que pide ayuda que el profesional le sigue y le escucha. Estas técnicas, no se reducen a repetir las palabras, conceptos y sentimientos que las personas traen a mediación, exigen del mediador una concentración en el mundo fenoménico de las partes, en donde reside la causa principal de su desajuste psicológico, y una búsqueda activa de sus sentimientos básicos y de los significados implícitos en los mismos, en este tipo de preguntas lo importante es el vínculo creado y las técnicas son vehículos o instrumentos al servicio del mismo 2. Preguntas circulares. Con este tipo de preguntas el mediador crea un circuito de interacción entre los entrevistados, los cuales perciben una causalidad circular en los hechos presentados que 14 no crean otros tipos de preguntas, el éxito en este logro depende de la capacidad de dirigir la entrevista por el mediador, basándose en las retroacciones que los participantes llevan a mediación, donde se les debe solicitar información en términos de relación, y por lo tanto, en términos de diferencia y de cambio” las preguntas circulares se realizan sobre un circuito que engloba a todas las partes relacionadas, el mediador pregunta a una parte sobre la interacción de otros, la información es recibida por el mediador y por todas las personas convocadas, las cuales comienzan a percibir una nueva causalidad, esa causalidad se percibe como circular y se desecha la causalidad lineal, donde solo una persona es la responsable de lo que sucede. Son muy útiles para realizar clasificaciones, y que las partes se den cuenta de que no existen “cosas en sí” como nuestro lenguaje nos lo hace creer, sino que todo es parte de relaciones, y que, en nuestros relatos, generalmente, uno de los términos ha sido eliminado. Las preguntas circulares se pueden realizar sobre el sentir, el pensar y el hacer de las personas. 3. Preguntas Presuposicionales. Son preguntas que cocrean un futuro diferente, pues durante minutos se traslada a la persona que ha solicitado mediación, a una nueva percepción futura que ella construye y visualiza como “real”, la cual permanece en su mente como una nueva realidad a su alcance y donde el problema ha quedado resuelto, trasladan a las personas a situaciones futuras, fijando nuevas historias, nuevos relatos y recuerdos, eliminan ciertos desgarros internos, creando una nueva identidad que se retoca de forma sucesiva, dando consistencia a un nuevo sentimiento, otorgando nueva significación incluso la representación del mundo fenomenológico de la persona, y aun nuestra propia identidad, no se corresponden con una descripción estática pues da origen a una historia viva, la intervención está enfocada hacia las posibilidades de desarrollo de la persona, los cambios vendrán determinados por la estructura de la persona y la interacción con el mediador, la expectativa es que el diálogo establecido puede hacer surgir una historia nueva. 4. Preguntas acerca del “por qué ahora”. Desde este tipo, no se pregunta sobre el problema sino desde donde se intenta el cambio. 5. Preguntas centradas en la excepción. Las excepciones toman la forma de pensamientos, creencias, sentimientos y pautas útiles de conducta que ayudan al mediado a librarse de mortificaciones que le ocasionan el conflicto. Estas excepciones amplificadas sirven de bloques para construir la solución. 15 6. Las preguntas sobre la explicación y la redescripción únicas. Están indicadas para asistir a la familia en la coautoría de nuevas historias sobre sí misma y sobre sus relaciones, que se oponen a las historias dominantes que la han estado oprimiendo. Inducen a los mediados a encontrar sentido a las excepciones significativas, vinculándolas con pautas de interacción particulares o con una serie de acontecimientos ocurridos en un determinado tiempo y lugar. 7. La secuencia de la pregunta por el milagro. Tiene el fin de desplazar rápidamente a las personas a una realidad futura exenta de problemas, es útil para determinar objetivos accesibles a la mediación y obtener por parte de la persona, una descripción detallada de lo que sería el resultado ideal a la solución de su problema, logra que las partes describan un cuadro detallado de cómo serán los cambios producidos por el milagro en cada contexto donde ellos interactúan y, además, que personas importantes en su vida advierten tales diferencias de conducta, después de ocurrido el milagro. 8. Preguntas por la escala. Constituye una herramienta para determinar y mantener claro el foco durante el curso de la mediación, una vez que la persona ha identificado y calificado la situación problemática en una escala del 1 al 10, la tarea consiste en negociar con las personas lo que tendría que hacer cada una de las partes, para obtener al menos medio punto o un punto entero en la escala al cabo de una semana. Sirven para medir el nivel de confianza del cliente en cuanto a la posibilidad de resolver su problema. 9. Preguntas por el porcentaje. Permiten enfocar con claridad y medir cuantitativamente los progresos producidos, también pueden abrir camino a nuevas posibilidades. 10. Preguntas para exteriorizar el problema. En personas muy refractarias al cambio, que no responden bien a las preguntas centradas en la solución, el conflicto familiar se exterioriza como un estilo, una carrera o una pauta problemática, o bien se lo objetiva como un tirano, al exteriorizar el problema, es necesario emplear cuidadosamente el lenguaje y el sistema de creencias familiares con que se alude al conflicto, la exteriorización del problema tiene los siguientes efectos: a) Disminuye los conflictos improductivos entre las personas incluyendo las disputas acerca de quién es el responsable del problema. 16 b) Hace más manejable el problema y motiva a su solución, pues está fuera de la persona. Reduce el sentimiento de fracaso que suele producir la persistencia del problema, a pesar de los esfuerzos por resolverlo. c) Facilita la cooperación mutua. d) Las personas se unen para luchar contra el conflicto y librarse de la influencia que ejerce en sus vidas y en sus relaciones. e) Ofrece nuevas posibilidades para que las personas tomen medidas positivas y protejan su vida y sus relaciones del problema y de su influencia. f) Libera a las personas a fin de que puedan adoptar un enfoque más frívolo, más práctico y menos opresivo de los problemas “terriblemente serios”. g) Ofrece opciones que permiten dialogar y no solamente monologar sobre el problema. 11. Preguntas centradas en el futuro. Las preguntas centradas en el futuro son particularmente útiles en los casos crónicos de familias “refractarias” al cambio y atadas al pasado. Promueven el ensayo de nuevas soluciones, sugieren acciones alternativas, fomentan el aprendizaje, descartan las ideas de determinación y son aplicables al modelo de cambio. 12. Preguntas conversacionales. Resultan especialmente eficaces para personas muy traumatizadas y refractarias al cambio que ya han tenido múltiples experiencias de fracaso. Además de aquellas en las que existen secretos y se hallan involucrados otros profesionales de la ayuda. Admiten varias respuestas y se elaboran desde la posición de “no saber”, induce con frecuencia a revelar “lo no dicho aún”. 13. Preguntas para consolidar el cambio. Quieren consolidar el cambio efectuado y evitar que se vuelva a interacciones anteriores. (Gómez, 2007) 17 En resumen, podemos establecer que el modelo de Harvard o de negociación basada en principios se enfoca en los intereses subyacentes de las partes involucradas más que en sus posiciones declaradas, esto permite identificar soluciones beneficiosas para todos, también genera opciones de beneficio mutuo debido a que busca que las partes elaboren diversas propuestas que puedan satisfacer los intereses de todos los participantes, teniendo como referencia criterios objetivos, toda vez que la negociación debe basarse en estos además de los estándares acordados, separa a las personas del problema para fomenta una negociación sin conflictos personales, centrándose en el problema en cuestión. El modelo transformativo, se enfoca en la revalorización, el reconocimiento de las partes y el reconocimiento mutuo, lo que facilita un cambio en la percepción y relación entre ellas, proponiendo un verdadero cambio en la interacción, el enfoque está en transformar la calidad de la interacción entre las partes, logrando una mayor comprensión y colaboración, así mismo, promueve el crecimiento a nivel personal y en la relación, con cambios positivos y sostenibles. Con relación al modelo circular narrativo de Sara Cobb, este se centra en la manera en que las narrativas o historias de las partes afectan sus percepciones y comportamientos en el conflicto, tiene como objetivo crear una nueva de narrativa, ayudando a las partes a reexaminar y reescribir sus historias para cambiar la dinámica del conflicto, facilitando la inclusión de diversas perspectivas y voces, además de promover una comprensión y resolución más equitativa del conflicto. Cada uno de estos modelos ofrece diferentes herramientas y perspectivas para abordar la resolución de conflictos, enfatizando tanto los procesos interpersonales como la búsqueda de soluciones que satisfagan los intereses de las partes involucradas. 18 Trabajos citados Definición de modelo. Diccionario de la lengua española. (11 de junio de 2025). Recuperado de: https://dle.rae.es/modelo?m=form Etimología de metodología. Diccionario Etimológico Castellano En Línea. (11 de junio de 2025). Recuperado de: https://etimologias.dechile.net/?metodologi.a Gómez, P. M. (2007). Dialnet. Obtenido de Portularia Vol. VII, nº 1-2. Manzanal, M. N. (2022). Revista CEA. Miguel Angel Montoya-Sanchez, N. A.-A. (10 de Noviembre de 2020). Opinion Juridica, 20(42). Rodríguez, M. P. (15 de Diciembre de 2019). Revista Pensamiento Gerencial. 19
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